¿Qué es la periostitis tibial?
La periostitis tibial es una lesión típica del corredor.
Consiste en un dolor, inflamación o quemazón cuando corremos en la cara antero-interna de la tibia, o sea del periostio cuyo significado proviene de dos palabras (“peri” alrededor y “ósteo” hueso).
El periostio es una membrana fibrovascular que recubre los huesos y en especialmente a la tibia. Contiene vasos sanguíneos y nervios que nutren y dan sensibilidad a los mismos.
En el caso de la tibia, a esta capa van pegados músculos que utilizamos al correr (como son los gemelos, el soleo, tibial anterior y posterior, flexor de los dedos). El dolor en la periostitis tibial es el resultado de la tracción que ejercen estos músculos que se unen a la tibia sobre ella. En el 50% de los casos afecta a las dos piernas y la palpación de la zona es dolorosa.
¿Qué puede causarla?
Las causas de una PERIOSTITIS TIBIAL pueden ser diversas, al igual que los factores que la provocan:
¿Cuáles son sus síntomas?
Aunque existen periostitis tibial anterior y posterior, la anterior suele ser la más común, localizándose un dolor agudo en el tercio inferior, que a veces puede llegar incluso hasta la rodilla.
La periostitis es relativamente fácil de detectar ya que en el momento del impacto del pie contra el suelo notamos una ligera molestia en dicha zona, como un pinchazo, que poco a poco se va haciendo más molesta, llegando incluso a modificar la técnica de carrera y en los casos más graves molestando incluso al andar o simplemente subiendo escaleras.
El síntoma más característico es el dolor en la cara antero interna de la pierna, en la zona de la tibia.
Se pueden distinguir claramente dos zonas: en los 2/3 inferiores del borde antero interno de la tibia, donde se insertan los músculos tibial posterior, flexor común de los dedos y sóleo; y en el 1/3 superior de la tibia, en el borde antero externo, donde se inserta el tibial anterior, siendo éste la manifestación más frecuente de la periostitis.
El dolor aparece cuando comienza la actividad física y disminuye tras un corto período de calentamiento, aunque vuelve a aparecer con más intensidad cuando se lleva un tiempo corriendo. El corredor sufre una sensación de dolor o quemazón en la zona afectada que va atenuándose progresivamente si se permanece unos días en reposo pero que reaparece al reiniciar la actividad deportiva.
¿Cómo debemos tratarla?
Al igual que muchas otras lesiones, la prevención es el mejor de los tratamientos y para ello debemos pensar primero en el calzado y superficie donde corremos. Las superficies duras y calzado que absorbe poco los impactos hacen que el periostio vibre demasiado y con el tiempo acabe inflamándose.
Por eso la detección temprana es un punto importante para ganar la partida a la periostitis.
No olvidéis acudir siempre al especialista para obtener un correcto diagnóstico y tratamiento.