Llamamos insuficiencia venosa a la incapacidad que tienen las venas de las extremidades inferiores para empujar la sangre desde éstas, hasta el corazón. Cualquier alteración en las válvulas o pared de la vena es el desencadenante de la hipertensión venosa, hecho fisiopatológico fundamental que va a ser el responsable de las manifestaciones clínicas de la enfermedad.
Al fallar las válvulas que se encuentran en las paredes de las venas, pierden elasticidad y pueden producir hinchazón haciendo más difícil la circulación.
El modo de vida actual agrava la insuficiencia venosa que ya afecta a más de un 25% de la población adulta española, siendo el 50% de los afectados mujeres.
¿COMO PODEMOS DESCUBRIR QUE SUFRIMOS DE INSUFICIENCIA VENOSA?
Una de las principales señales es el cansancio de las piernas acompañado de calambres y hormigueo, dolor, pesadez, prurito, así como la aparición de pequeñas venas azuladas, llamadas telangiectasias y de varices y algún otro trastorno dérmico.
¿QUE FACTORES PUEDEN PERJUDICAR LA CIRCULACIÓN?
CONSEJOS PARA FAVORECER LA CIRCULACIÓN
Mantener las piernas ligeramente levantadas con una almohada, durante cualquier actividad que se lo permita (dormir, ver la TV, oír música, leer, etc).
Utilizar calzados cómodos y frescos (ni demasiado plano, ni tacones excesivamente altos
Medias de compresión: el uso de medias de compresión como protección y sostén. Es importante consultar con nuestro médico quien nos orientará acerca de este tipo de soluciones, que actúan aproximando las paredes de las venas, de forma que facilitan que las válvulas cierren bien y que la sangre ascienda correctamente.
Practicar natación o en su defecto, duchas de agua fría sobre las piernas 2 a 3 veces al día.
Pequeños paseos o ejercicios gimnásticos específicos para la insuficiencia venosa.
Realizar ligeros masajes en piernas y tobillos con la palma de la mano, partiendo del pie hacia el muslo.
Proteger la piel y mantenerla bien lubricada aplicando cremas o aceites después del baño.
El ejercicio es fundamental. Caminar, nadar, bailar, intentar realizar ejercicios todos los días.
Mejor duchas que baños. Podemos activar la circulación alternando duchas no excesivamente calientes (de 38º como máximo) con duchas frías en las piernas. Al finalizar, aplicaremos agua fría a las pantorrillas en sentido ascendente, para aliviar la sensación de pesadez.
Evitar la ropa ceñida y los ambientes demasiado calurosos: Las prendas de ropa muy ajustadas son desaconsejables porque pueden dificultar el retorno venoso desde las piernas al corazón. Además, conviene evitar toda fuente de calor (saunas, depilación mediante cera caliente, tomar el sol en las piernas…), ya que estimulan la dilatación de las venas y la aparición de varices.
Cuidado con la alimentación: Tanto el sobrepeso como el estreñimiento pueden afectar a la circulación, por lo que para prevenirlos, resulta clave seguir una dieta rica en fibra, frutas, verduras y cereales.
Hoy en día no existen estudios científicos que avalen que el tratamiento medicamentoso mejore o cure esta enfermedad. La mejor forma es LA PREVENCIÓN.
A POR UNA VIDA SANA….