El pie diabético, una patología frecuente en pacientes con diabetes causando la destrucción de los tejidos de las extremidades inferiores.
El pie diabético aparece cuando existen niveles inadecuados de glucosa en sangre y otros factores que concurren con frecuencia en personas con diabetes (hipertensión arterial, hipercolesterolemia,…) que provocan un daño en los vasos y nervios que pueden producir complicaciones a medio-largo plazo. El pie del diabético debe considerarse un pie de riesgo, ya que es más susceptible de padecer determinados tipos de lesiones ya sean intrínsecas o extrínsecas.
La diabetes, es una enfermedad crónica que afecta al 4% de la población española. Produce un aumento importante de los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre. Esto ocurre porque se produce escasez o ausencia de secreción de insulina. La insulina, es una hormona segregada por el páncreas que ayuda a que la glucosa proveniente de los alimentos, entre en las células para suministrarles energía.
Sino hay suficiente insulina la glucosa permanece en la sangre, provocando con el tiempo graves problemas de salud.
El 15% de los pacientes con diabetes desarrollaran una úlcera a lo largo de su vida. Es importante prevenir las heridas y úlceras del pie ya que son las causantes más frecuentes de las amputaciones.
ETIOLOGÍA
Se estima que la mitad de las amputaciones de miembros inferiores en el mundo se produce en diabéticos, siendo la diabetes la primera causa de amputaciones no traumáticas en los países desarrollados.
FACTORES DESENCADENANTES DEL PIE DIABÉTICO
Pueden ser de tipo:
– Extrínsecos: Son de tipo traumático y pueden ser mecánicos, térmicos o químicos
– Intrínsecos: Cualquier deformidad del pie, como los dedos en martillo y el garra, el hallux valgus, la artropatía de Charcot o la limitación de la movilidad articular, condicionan un aumento de la presión plantar máxima en la zona, provocando la formación de callosidades que constituyen lesiones preulcerosas.
ALGUNOS DE LOS RIESGOS DE PACIENTES CON PIE DIABÉTICO
La disminución de la sensibilidad (la persona diabética puede sufrir alteraciones de los nervios, con la consiguiente modificación de la percepción del calor, el dolor etc., pudiendo no notar quemaduras o heridas sobreinfectándose).
La mala circulación del pie, que pueden derivar en la formación de una úlcera, algunas veces graves.
LOS SÍNTOMAS
• Hormigueos y calambres
• Ausencia de sensibilidad
• Aparición de úlceras en la piel del pie
• Causas de las lesiones en el pie diabético
• Neuropatía periférica (Afectación nerviosa)
• Vasculopatía (Falta de riego sanguíneo)
• Neuropatía periférica.
El constante aumento de la glucosa en sangre hace que los pequeños vasos sanguíneos que irrigan el pie se vayan estrechando haciendo, que el aporte de oxigeno y nutrientes esenciales sea insuficiente.
El hecho de que en personas diabéticas tengan una disminución de riego sanguíneo, hace que sus lesiones tarden más en curar y que tengan un alto riesgo de complicaciones irreversibles.
FACTORES AGRAVANTES
Infección: El paciente diabético es más susceptible a la infección, ya que la mayoría de diabéticos de larga evolución están inmunológicamente deprimidos. La infección no es la responsable de la aparición de las lesiones, pero si interviene en la evolución de las mismas.
Prevención: El correcto control de la diabetes es capaz por si solo de prevenir, retrasar y disminuir la aparición de estas serias lesiones.
Si padece diabetes, es importante:
Controlar el nivel de azúcar en sangre.
Si es fumador, dejar de fumar, ya que el tabaco disminuye el flujo sanguíneo a los pies.
Revisarse y cuidarse los pies todos los días
ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA PREVENIR, RETRASAR Y DISMINUIR EL RIESGO DE ÚLCERAS:
• Inspeccionar siempre el estado de los pies buscando heridas, rasguños, ampollas, úlceras, etc. Utilizar un espejo para inspeccionar la planta del pie y el talón.
• Lavar los pies a diario con agua y jabón neutro y secarlos con cuidado, sobretodo entre los dedos.
• Aplicar crema hidratante después del baño, pero no entre los espacios interdigitales por el riesgo de maceración.
• Usar calcetines y medias con tejidos naturales, sin costuras que faciliten la transpiración y cambiarlos diariamente o incluso dos veces al dia.
• Usar calzado de calidad y cómodo, que no ajuste ni provoque rozaduras o lesiones en los pies.
• No caminar descalzos
• No utilizar nunca bolsas de agua caliente o almohadillas eléctricas para calentarlos.
• Recordar lo que siempre decimos: el zapato es el que se debe adaptarse al pie y nunca el pie al zapato. A la hora de ir a comprar zapatos hacerlo en las últimas horas del día en que los pies estén más hinchados.
• Usar zapatos adecuadamente adaptados (plantillas) y evitar sandalias, chanclas y zapatos al descubierto y en punta.
• Los zapatos nuevos, utilizarlos durante períodos cortos los primeros días para ver si producen rozaduras o heridas en los pies.
• Las uñas deben estar perfectamente limadas, en recto. Hacerlo siempre después de lavarse los pies.
• Ir al podólogo con regularidad, sobre todo en caso de callosidades.
• Ante cualquier herida o lesión por pequeña que sea consulte a su especialista.
• Caminar a diario.
• No fumar
• Evitar la presión de la ropa de la cama de los pies
Para evitar este tipo de lesiones es recomendable seguir una serie de pautas clave y utilizar los productos ortopédicos adecuados en cada caso.
Siempre que se observe una úlcera se deberá acudir lo antes posible al especialista, para curarla y diagnosticarla.