El esguince de tobillo es también una de las lesiones más habituales en la vida cotidiana. Está considerada una lesión ligada al mundo del ejercicio físico, sin embargo es un percance que acontece de manera frecuente dentro de las actividades del día a día.
Casi todo el mundo se ha torcido en alguna ocasión un tobillo, algo muy habitual y que a veces no damos demasiada importancia y una simple torcedura, puede convertirse en un esguince que si no es tratado como es debido, puede llegar a tener consecuencias de por vida, alterando la forma y la frecuencia de nuestros movimientos.
El tobillo es la articulación más vulnerable, pues está menos protegido muscularmente
El esguince es un daño estructural parcial de un ligamento que no llega a romperse. Las causas de ese daño suelen ser varias, pero la más frecuente es sobrepasar el límite de movimiento articular, lo que hace tensar en exceso ese ligamento, desgarrándolo o distendiéndolo más de lo normal.
¿Qué puede provocar un esguince de tobillo?
La mayoría de los esguinces de tobillo ocurren cuando hacemos giros o cambios de dirección bruscos o cuando el pie se tuerce hacia un lado. Y esto lesiona los ligamentos que unen los huesos del tobillo con los de la pierna. Puedes sufrir un esguince al pisar mal o al tropezar en unas escaleras.
El tipo de esguince de tobillo más frecuente es la “inversión de tobillo”, también denominado “esguince del ligamento lateral”. En este esguince, el tobillo se tuerce de tal forma que la planta del pie apunta hacia dentro, lo que distiende y posiblemente daña los ligamentos de la parte externa del tobillo.
Cuando te tuerces el tobillo hacia el otro lado, de modo que la planta del pie apunta hacia afuera, esta lesión recibe el nombre de “esguince del ligamento medial”. En este tipo de esguince, se lesionan los ligamentos de la parte interna del tobillo. Los esguinces del ligamento medial son menos frecuentes.
Según la gravedad de la lesión del ligamento hay varios tipos de esguinces, que conllevarán una disminución funcional mayor o menos de la articulación afectada:
Esguince de Grado I: Ligamentos estirados. Tendremos un esguince de primer grado, cuando se produzca una elongación en la fibras de uno o varios de los fascículos del ligamento lateral externo, es importante tener presente que en los esguinces no tienen porque estar afectados los tres fascículos. Se producen por el sobreestiramiento del ligamento, lo que provoca una ligera hinchazón. No hay laxitud articular asociada. El ligamento sólo sufre una distención y si se llegara a producir desgarro no afecta a más del 5% del ligamento. El tiempo de recuperación es corto, dependiendo de la actividad de la persona afectada, pero suele oscilar entre 10-20 días.
Esguince de Grado II: Ligamentos ligeramente rotos. Se dará como diagnóstico un esguince de segundo grado, cuando se produzca una rotura parcial en alguno de los tres fascículos del ligamento lateral externo. Pueden ser leves o moderados. Los moderados pueden acompañarse de roturas óseas y requieren inmovilización con escayola o férula. La hinchazón en la zona es instantánea y dolorosa al tacto, y pueden afectarse también estructuras como la cápsula articular, lo que desemboca en derrame y moratón de la zona. La inestabilidad articular es leve, pero se ve afectada. El tiempo de recuperación es mayor y suele oscilar de 20 a 40 días, ya que la cantidad de tejido afectado es mayor.
Esguince de grado III: Ligamentos completamente rotos. El esguince será de tercer grado, cuando haya una rotura total de alguno de los tres fascículos del ligamento lateral externo. En los de segundo y tercer grado por la rotura fibrilar, es mas frecuente la aparición de un hematoma. Son las lesiones más graves de los ligamentos. El dolor es muy intenso y la laxitud articular manifiesta. Debido al tiempo de cicatrización del ligamento el tiempo para recuperarse de este tipo de esguinces es de unas 8 semanas (50-60 días).
A nivel ortésico, cuando sea preciso una inmovilización, dispondremos de toda la amplia gama de walkers, fijos o articulados, que darán mucha más funcionalidad a ésta inmovilización y permitirán más calidad de vida al paciente, así como acelerar la recuperación y rehabilitación.
Con efecto estabilizador, dispondremos de la gama de ortesis estabilizadoras de tobillo, que para los esguinces de ligamento lateral externo, buscarán la limitación de la supinación, tendiendo a posicionar el pie en pronación, relajando los ligamentos afectados.
Recordar que un esguince mal curado puede causar una inestabilidad de tobillo crónica.
¿Qué debemos hacer en caso de sufrirlo?
Intentar no caminar ni apoyarlo hasta que no sepamos exactamente qué tipo de lesión nos hemos hecho lo mejor es no utilizar para nada la articulación afectada.
Aplicar frío: Ello evitará una mayor inflamación.
Mantener el pie en alto: El tobillo debe estar siempre en alto, para aliviar la hinchazón. Lo mejor es estar tumbados y con el pie por encima de nuestro tronco, para ayudar realmente a que se drene la articulación.
Ir al médico: Para un correcto diagnóstico. Cuanto antes lo trates, mejor.
Hay que tener también muy en cuenta que el esguince deja de doler porque no usamos el ligamento lesionado, pero estas cambiando la forma de pisar, cambiando nuestro centro de gravedad para evitar que nos haga más daño, lo que puede provocar otros problemas en nuestras rodillas, zona lumbar, etc
¿Se pueden prevenir los esguinces de tobillo?
No podemos prevenirlos pero sí debemos tomar una serie de precauciones para disminuir las posibilidades de sufrirlos. Estos son algunos consejos:
Mantener los tobillos flexibles y la musculatura de las piernas fuertes. Hay ejercicios sencillos para hacer en casa a fin de desarrollar la musculatura que rodea al tobillo (lo que protegerá sus ligamentos) y de aumentar su flexibilidad.
Realiza siempre ejercicios de calentamiento y estiramientos para los tobillos antes de hacer cualquier deporte, ejercicio o cualquier otra actividad física.
Ten cuidado dónde pisas cuando camines o corras por un terreno irregular.
Recuerda que el cansancio y la fatiga aumentan las probabilidad de lesiones.
Si ya has sufrido un esguince de tobillo anteriormente, asegúrate de que lo tienes completamente curado antes de empezar a practicar cualquier actividad física. Utiliza tobilleras y vendajes compresivos para evitar recidivas.
Utiliza calzado adecuado y llévalo bien atado.
Y otro consejo: ¡cuidado con los zapatos de tacón, son una de las principales causas de esguinces de tobillo en las mujeres!
El tobillo es la base de nuestro cuerpo, no ignorar nunca un esguince.